Patagonia es una marca conocida principalmente por sus llamativos forros polares y sus mochilas clásicas, tan populares entre los amantes de la moda como entre los que son indiferentes a ella. Con una habilidad especial para trascender las tendencias del momento, se las ingenian para crear artículos que se convierten en indispensables en cualquier armario, incluso en los de la gente que casi nunca pisa el campo. Para lograr esa fidelidad entre sus clientes, una marca necesita ese algo especial que crea un estrecho vínculo con los consumidores. En el caso de Patagonia, ese algo son una identidad muy marcada y unos valores profundamente vinculados a la protección del medio ambiente y el activismo de base.
Esta empresa fundada hace 40 años ha sido siempre propiedad de inversores privados y emplea a 2500 personas en todo el mundo. En las redes sociales ha sido elegida como primera marca en la categoría de prendas deportivas, por su compromiso, su influencia y su capacidad de respuesta. Patagonia es conocida por cuidar de sus empleados y ofrecerles beneficios excepcionales.
Recientemente tuvimos la oportunidad de hablar con Dean Carter, responsable de servicios compartidos de Patagonia, a cargo del departamento jurídico y los equipos de finanzas y recursos humanos de la empresa. Carter nos explicó cómo es la vida en la empresa a la que él se refiere como "un-company" (uncommon) y cómo Patagonia se ha mantenido siempre centrada en la cultura empresarial, tanto en las épocas buenas como en las malas.