En el mundo de las finanzas ya se habla de la IA generativa.
Recientemente CFO Signals de Deloitte centró parte de la encuesta en la IA generativa y reveló que una proporción considerable de las organizaciones de CFO (42 %) está experimentando con ella y el 15 % la está incorporando a su estrategia empresarial.
Casi una cuarta parte (24 %) de los encuestados afirma que leen y hablan sobre la IA, mientras que otro 17 % dice que aún no se ha posicionado al respecto.
La IA generativa, capaz de utilizar grandes cantidades de datos para crear nuevos contenidos, ha captado la atención de diversos sectores.
Y no es de extrañar, teniendo en cuenta los efectos potenciales de dicha tecnología. El año pasado, McKinsey & Company calculó que los beneficios económicos globales de la IA generativa podrían suponer de 2,6 a 4,4 billones de dólares anuales en los 63 casos de uso analizados. Como dato comparativo, el informe señalaba que el PIB del Reino Unido en 2021 fue de 3,1 billones de dólares.
Un enfoque precavido para la IA generativa
Se refleja una actitud precavida y analítica en las preocupaciones comunes expresadas por los 115 encuestados con relación a la IA generativa y los beneficios potenciales de la IA en las finanzas.
Las tres principales preocupaciones de los líderes financieros concernían a la tecnología: sus efectos en el riesgo y los controles internos (57 %), la infraestructura de datos y las necesidades tecnológicas (52 %) y las necesidades de inversión (tecnología y capacidades), citadas por un 51 %.
Las conclusiones reflejan la necesidad de una IA responsable a gran escala para establecer la confianza, minimizar el riesgo e impulsar mejores resultados de la empresa.