Tras un año que ha puesto a prueba diversos aspectos de empresas y comunidades, se vislumbran ya la recuperación económica y la reanudación del crecimiento. Las vacunaciones y la estabilización de la pandemia significan la apertura o reapertura de más empresas; los consumidores vuelven a mostrar interés y la demanda aumenta en gran medida.
Si la adaptación a los cambios repentinos ocasionados por la pandemia fue dificultosa, ahora los líderes empresariales se enfrentan al nuevo reto de seguir el ritmo de una revitalización histórica. ¿Pueden aprovechar la oportunidad que se les presenta y emerger fortalecidos de la recuperación? ¿Pueden contratar personal con la rapidez requerida? Trabajando con nuestros clientes para la adaptación al cambio constante, hemos llegado a la conclusión de que para triunfar actualmente las empresas deben operar a un nuevo nivel, con precisión y proyección de futuro.
La cruda realidad es que a la mayoría de las empresas les cuesta mantenerse al día con los cambios. De hecho, un 63 % de los CEO dice que los procesos y la ejecución son muy lentos en sus empresas. Es una brecha de aceleración entre el ritmo del cambio impulsado por las nuevas oportunidades y la capacidad de una empresa para sacar provecho de ellas. Se trata de un problema estratégico con resultados lamentables. Y es un problema creciente.
Esa brecha no hará más que crecer debido a las presiones causadas por la volatilidad del mercado y los grandes volúmenes de datos. Nuestra certeza al respecto se basa en lo que nos cuentan los ejecutivos sobre las skills, los presupuestos y los recursos de sus empresas, incapaces de seguir el ritmo. Muchos de esos ejecutivos dicen que sus empresas utilizan hasta un 80 % de su recursos simplemente para mantener las cosas tal como están.
Siete imperativos para cerrar la brecha
La verdad es que la brecha de aceleración ya existía antes de la pandemia, pero el año pasado puso a prueba la capacidad de respuesta de todas las empresas. Y la forma en que reaccionaron reveló una serie de mejores prácticas para cerrarla. Basándonos en nuestro trabajo con miles de clientes en todo el mundo, hemos identificado siete imperativos que las empresas deben respetar para prosperar en la "próxima normalidad".
Recalibrar continuamente: las empresas deben pasar rápidamente de la planificación a la ejecución y al análisis y estar preparadas para reiniciar ese ciclo con cada oportunidad o reto.
Ejecutar en el presente: una empresa no puede funcionar con la rapidez necesaria si el aislamiento entre equipos y sistemas retrasa las acciones y las decisiones. Para hacer las cosas en el momento, las empresas deben eliminar los silos para operar fluidamente en tiempo real.
Mitigar la incertidumbre mediante una visión global: es preciso unificar los datos de finanzas, personal y operaciones de toda la empresa y permitir que los equipos tengan acceso a esos datos. De ese modo, cada equipo podrá tomar oportunamente decisiones basadas en datos.
Renovar los procesos de gestión con la rapidez necesaria: nuestros clientes demostraron que en unos días, en lugar de varios meses, podían implementar nuevas políticas del lugar de trabajo, incrementar las vacaciones y permisos remunerados y hacer pagos puntuales, como respuesta a la pandemia o a cuestiones de justicia social. Eso solo es posible cuando los encargados del negocio están empoderados para iniciar cambios y no tienen obstáculos por limitaciones de sus sistemas.
Delinear un futuro nuevo: los equipos deben estar capacitados para distintas situaciones. Durante el último año, nuestros clientes han planificado 30 veces más escenarios que anteriormente. Su habilidad para proporcionar insights interactivos y asesoramiento predictivo ha ayudado a las empresas a desenvolverse en un clima de cambio.
Potenciar el desempeño humano: mediante automatizaciones exentas de contacto físico, decisiones basadas en aprendizaje automático (ML) y la creación de experiencias estimulantes para que el personal dé lo mejor de sí. Los equipos deberían centrarse en tareas de alto valor, omitiendo aquellas que ralentizan su labor.
Medir los efectos en el mundo real: para alcanzar hitos rápidamente durante la transformación digital y lograr resultados tangibles, son esenciales las métricas continuas y una buena disposición para cambiar el rumbo siempre que haga falta.
Operar con un nuevo nivel de velocidad y agilidad significa que no es posible usar un sistema de planificación de recursos (ERP) anclado en el pasado. Se trata de un modelo retrógrado que utiliza datos fragmentados y procesos anquilosados, creado generalmente mediante el mero trasvase al entorno cloud de software obsoleto.
La manera de proceder implica el uso de una nueva clase de sistemas cloud de gestión empresarial. Ese es el pilar de la transformación digital y ya estamos asistiendo a un movimiento de empresas aventajadas de todo el mundo que han hecho el cambio y obtenido grandes resultados.
Los sistemas cloud de gestión empresarial
¿Qué es exactamente un sistema cloud de gestión empresarial? ¿Y por qué creemos que Workday es un gran ejemplo de esta nueva clase de software, más similar a un sistema operativo empresarial que a una colección de código cloud?
Todo empieza con una base sin fricciones que incluye automatización moderna, como la de transacciones basadas en ML, y prestaciones sin complicaciones que engloban una oferta genuinamente cloud: ámbito empresarial, datos económicos predecibles, seguridad integrada, etcétera. Esa base encaja perfectamente en el ecosistema de TI de una empresa, para que todo funcione mejor y más rápido, todos los días.
Con una base sin fricciones, sus equipos tienen una visión completa que engloba en un Core de datos unificado la información de finanzas, personal y operaciones de toda la empresa. Mediante augmented analytics con ML sabrá cómo va a ser el futuro inmediato y podrá adelantarse a lo que venga posteriormente. Los datos siempre están activos, son fáciles de entender y funcionan al servicio del negocio.
A continuación, los clientes pueden configurar, cambiar y ampliar los procesos de gestión principales, un enfoque que da prioridad al negocio. Este es un punto que debemos recalcar: las aplicaciones se adaptan a las necesidades empresariales, en lugar de obligar a la empresa a adaptarse al software. Con un estricto gobierno de TI se asegura el cumplimiento y la integridad de los eventos con plena auditabilidad. De ese modo se empodera más a la empresa a la vez que se liberan valiosos recursos de TI.
Puede que lo más importante sea el hecho de que, en un entorno cloud de gestión empresarial, sus equipos pueden recalibrar continuamente al producirse cambios mediante un solo sistema en el que planificar, ejecutar y analizar. La planificación continua permite que la empresa prevea diversos escenarios al ritmo al que cambia el mundo. Esos planes se convierten de inmediato en acciones, alineando personas y recursos para potenciar los mejores resultados posibles. Y los analytics basados en ML detectan si es preciso corregir el rumbo y qué planificar a continuación, para adelantarse a los cambios que se suceden vertiginosamente.
La luz al final del túnel
Por último, quiero explicar cómo conseguimos un índice de satisfacción del cliente del 97 % en 2021. Se trata sin duda de una puntuación de la que estar orgullosos, pero es importante señalar que hasta no hace mucho "satisfacción del cliente" y "tecnología empresarial" eran frases que no solían verse cerca la una de la otra. En los comienzos de Workday, en 2005, los creadores de tecnología empresarial tenían una mentalidad de tipo "haz lo que se te dice".
Pero nosotros le hemos dado la vuelta a esa actitud. Siempre hemos sabido que hay ciertas áreas que las empresas no pueden o no deberían tocar (por ejemplo, el libro mayor) y nos gusta adaptarnos a los requisitos de los clientes, en lugar de dictarles lo que necesitan. Por eso nuestra calificación en cuanto a satisfacción se debe principalmente a dos factores: una cultura que da prioridad a los empleados y una experiencia que da prioridad al cliente. Si lee las historias de nuestros clientes, verá que nos obsesiona la puesta en marcha a tiempo y que logren valor cuanto antes.
Sí, el mundo ha cambiado, pero hemos visto que las empresas que se atienen a los siete imperativos mencionados han salido fortalecidas, más resilientes y también más dispuestas a abordar algunas de las deficiencias de nuestra sociedad.
La primavera ha llegado después de un crudo invierno. Nos ilusiona pensar en los días de sol que se avecinan y en colaborar para crear jornadas laborales más radiantes para todos.