La fuerza laboral remota ha llegado para quedarse. Al comienzo de la pandemia mundial de COVID-19 las empresas de todo el mundo exigieron o alentaron el trabajo desde casa. Y ahora se espera que el porcentaje total mundial de empleados remotos se duplique en 2021 y el 76 % de los empleados de todo el mundo dice que quiere seguir trabajando desde casa.
Es poco probable que esta tendencia se reduzca incluso después de la COVID-19. Kate Lister, presidenta de Global Workplace Analytics, estima que para 2025, alrededor del 70 % de la fuerza laboral trabajará de forma remota al menos una semana al mes.
Para las empresas que pretenden operar con agilidad, estos cambios plantean una serie de preguntas cruciales en lo que respecta a la planificación de la fuerza laboral. ¿Qué suponen estos cambios para el espacio de oficina tradicional? ¿Qué efecto tendrán en la eficiencia y productividad de la fuerza laboral? ¿Qué repercusiones tendrá el hecho de poder trabajar en cualquier parte en la selección, desarrollo y retención del talento?
En medio de toda esta incertidumbre, hay algo seguro: los procesos de planificación de la fuerza laboral con décadas de antigüedad serán de poca ayuda. Por ello, quienes toman las decisiones deben comenzar a pensar en cómo pueden prepararse para el futuro.
No deje que la planificación de la fuerza laboral sea el eslabón más débil de su empresa
Tradicionalmente, los ejecutivos corporativos han visto el proceso de contratación en términos de headcount y coste por empleado contratado. Esta perspectiva limitada es omnipresente en parte porque ha sido perpetuada por los procesos de planificación tradicionales, que están plagados de tareas manuales y laboriosas, datos obsoletos y a menudo incompletos, y comunicación y toma de decisiones fragmentadas entre departamentos. Aunque prácticamente todo el mundo conoce los procesos de planificación tradicionales y se confía en ellos para establecer planes anuales o trimestrales, la pandemia ha desterrado cualquier idea de que este entorno estático siga siendo suficiente para la planificación de la fuerza laboral en un mundo moderno.
Esto es cierto especialmente ahora que el rol de recursos humanos (RRHH) está experimentando una transformación. Incluso antes de que la pandemia se convirtiera en un desafío diario para los ejecutivos de RRHH, Deloitte acuñó el término "RRHH exponenciales" para describir un ámbito de influencia de RRHH más amplio y completo que se extiende a todo el ecosistema de una empresa. Este término también describe un cambio en la perspectiva de RRHH, que amplía sus competencias hasta ahora centradas en los empleados y la organización, a la planificación de la fuerza laboral e incluso la naturaleza del trabajo en sí. En este escenario más dinámico y estratégico, RRHH se nutre de analytics y tendencias del mercado, y evalúa su conjunto de skills y sus necesidades tecnológicas conforme la empresa avanza y planifica para el futuro.
No obstante, el entorno de planificación de la fuerza laboral de muchas organizaciones está desconectado. En estas empresas, la función de finanzas adopta una visión centrada en el headcount (junto con las consideraciones de costes que conlleva), mientras que RRHH se centra más en la creación de la fuerza laboral ideal (que incorpora la planificación de skills y capacidades, los planes de sucesión, los planes de contratación de talento, etc.). La planificación de la fuerza laboral desconectada se caracteriza por una toma de decisiones aislada, metas y prioridades desalineadas y, en última instancia, malas contrataciones que no se adaptan a las necesidades de crecimiento y los planes futuros de la empresa. Depender de la planificación tradicional limita la capacidad de RRHH para adaptarse a las realidades dinámicas del negocio. Y esto plantea un enorme problema.